martes, 20 de febrero de 2007

LA CASA DE LOS ESPEJOS

Mi amiga Merche me ha enviado un par de correos que han acabado por unirse en mi cabeza. Uno con la foto de su perrita - que es una preciosidad, ¿verdad? - y otro con un cuento oriental.
En el cuento sale un perrito simpático y de buen rollo, que para mí es Nikita, y también sale un perrito temeroso del cambio que soy yo cuando me enfrento con los vecinos con los que comparto desdichas de escalera.
Lo voy a colgar en catalán (que es como Merche me lo ha enviado porque así se lo encontró. Y es que, ya sabéis, Oriente empieza a orillas del Mediterráneo) pero también con mi aventurada traducción.
LA CASA DE LOS ESPEJOS
Se dice que hace tiempo, en un pequeño y lejano pueblo, había una casa abandonada.
Un día, un perrito que buscaba refugio del sol consiguió entrar por un agujero de una de las puertas de la casa.
El animal subió lentamente las viejas escaleras de madera y cuando llegó a la parte de arriba se topo con una puerta entre abierta. Poco a poco, entró en la habitación y para su sorpresa, se dió cuenta de que en aquella habitación había mil perritos observándole tan fijamente como él les observaba a ellos.
El perro, empezó a mover la cola y a mover sus orejas. Los mil perritos hicieron lo mismo. Después sonrió y ladró alegremente a uno de ellos. Y se quedó muy sorprendido al ver como todos aquellos perritos también le sonreían y le ladraban tan contentos. Cuando salió de la habitación se quedó pensando para sí mismo: “¡Qué lugar tan agradable! Vendré a menudo a visitarlo.”

Pasado un tiempo, otro perro entró en la misma casa y se encontró con la misma habitación, pero a diferencia del primero, este perro al ver a los otros mil en la habitación se sintió amenazado y tuvo miedo, ya que todos los perros le miraban de una manera agresiva, y empezó a gruñir y a ladrar bien fuerte. Y, está claro, entonces comprobó que todos aquellos perros le empezaron a hacer lo mismo. Cuando aquel perro salió de la casa pensó: “¡Qué lugar tan horrible! Nunca más volveré allá!.”

¿Qué habitación eliges tú?
LA CASA DELS MIL MIRALLS (Conte tradicional de 1'Orient)
Es diu que fa temps, en un petit i Ilunyà poble, hi havia una casa abandonada.
Cert dia, un gosset que buscava refugi del sol, va aconseguir ficar-se per un forat d’una de les portes de la casa. El gosset va pujar lentament les velles escales de fusta. En arribar a dalt es va topar amb la ­porta mig oberta. A poc a poc, va entrar a I'habitació i per a lo seva sorpresa, es va adonar que dins d’aquella habitació hi havia 1.000 gossets allà observant-lo tan fixamet ­com ell els observava a ells.
El gos,­va comencar a moure lo cua i a aixecar les seves orelles. Els 1.000 gossets varen fer el mateix. Posteriorment va somriure i va bordar ­alegrement a un d’ells. El gosset es va quedar molt sorprès en veure a tots aquells gossets també li somreien i li bordaven ben contents. Quan va sortir de I'habitació es va quedar pensant per a si mateix: “quin lloc tan agradable! Vindré més sovint o visitar-ho".

Temps després, un altre gosset va entrar a lo mateixa casa i es va trobar a la mateixa habitació. Però, a diferència del primer aquest gosset en veure els altres 1.000 de l'habitació, es va sentir amenaçat va tenir por, ja que tots els gossos li miraven d’una manera agressiva, i va començar a grunyir i a bordar ben ­fort. I és clar, va veure com tots aquells gossos alhora li varen fer a ell el mateix. Quan aquest gosset va sort de lo casa va pensar "Quin lloc ta­horrible! Mai més tornaré a entrar allà ".
QUINA HABITACIÓ TRIES TU?

miércoles, 14 de febrero de 2007

SU AMOR NO ERA SENCILLO

14 de febrero, San Valentín, siempre me ha parecido una horterada de día, pero cualquier excusa es buena para leer a Mario Benedetti.

SU AMOR NO ERA SENCILLO

Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse.

En realidad, su amor no era sencillo. El padecía claustrofobia, y ella, agorafobia.

Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales.

miércoles, 7 de febrero de 2007

EL TIEMPO DE MEIR SHALEV

Los cuentos son imprevisibles: surgen cuando menos te los esperas, en la vida, en mitad de una novela... Ahora por ejemplo me estoy leyendo un precioso libro que se llama "Por amor a Judit" y es de Meir Shalev, está editado por Salamandra. Se trata de uno de esos libros que dejas de subrayar porque te das cuenta de que TODO es digno de ser subrayado y releído.
Cuenta la historia de un niño que tiene una madre, Judit, y tres padres. El niño en cuestión se llama Zeide. Un buen día, a Zeide le explican unas cuantas cosas importantes con respecto al tiempo...

EL TIEMPO
Pag. 112

Recuerdo cómo me enseño mi madre a leer esas agujas por primera vez. Yo tenía seis años y le pedí que me comprara un reloj.

- No tengo dinero para un reloj - dijo ella
- Se lo voy a pedir a Globerman y él me lo comprará - le respondí yo -. Es mi papá y tiene todo el dinero que quiere.

A pesar de mi corta edad yo había comprendido ya muy bien la situación de los tres hombres que velaban por mí, me llevaban regalos y jugaban conmigo.

- Tú no le vas a pedir nada a nadie - replicó mammá, con una voz tranquila pero enérgica -. Tú no tienes padre, Zeide, sólo madre, y se te comprará lo que yo pueda comprarte. Tienes comida, tienes ropa y no andas descalzo.

Después se ablandó, me llevó a fuera de la mano y me dijo:

- No te hace falta ningún reloj, Zeide. Mira la cantidad de relojes que hay en el mundo.

Me mostró la sombra del eucalipto, que por medio de su gran tamaño, su orientación y su frescor marcaba las nueve de la mañana; los pétalos rojos del granado, que decían que estábamos a mediados de marzo; el diente que se me columpiaba en la boca indicaba mis seis años, y las pequeñas arrugas que bailoteaban alrededor de sus ojos, marcaban cuarenta.

- ¿Ves, Zeide? Así estás dentro del tiempo. Si te compran un reloj estarás a su lado.