domingo, 10 de junio de 2007

En la tierra de Azcaria Prieto

Hacía mucho que no creaba una entrada en el blog y es que la vida me ha tenido bastante entretenida. Pero vuelvo a la carga y no estaré sola, José Manuel ha entrado con fuerza en mi vida y también en mi blog, que ahora será de los dos.

El pasado fin de semana hicimos un viaje a Saldaña, en Palencia, para visitar a la familia de Azcaria Prieto de Castro, una narradora tradicional sobre la que él ha escrito un libro. José Manuel les debía esa visita desde hacía tiempo y yo tuve el privilegio de acompañarle.

El lugar es precioso: el campo estaba lleno de amapolas y flores silvestres. Comimos y bebimos los ricos manjares de la tierra y, sobre todo, compartimos momentos y cuentos con Carmen, Javier, Pablo y Javi, entre otros, a los que desde aquí enviamos un fuerte abrazo.

Y ahora os dejamos con la voz de Azcaria que sigue viva en la fuerza de sus relatos:

La peña encantada
En un rincón de la montaña hay un sitio donde hay una peña grandísima que por dentro está toda güeca. Y la puerta para entrar es de forma de arco. Todos cuentan que en esas cuevas hay cosas encantadas: mujeres, animales y qué sé yo de cosas.

El pueblo más inmediato está muy cerca de las cuevas, y allí cuentan cosas muy miedosas. Cuando los hombres tienen que ir a regar los praos cerca de la peña, nunca se atreven a ir solos, ni de madrugada ni por la noche. Si algún pastor pasa alguna vez por allí para ir al corral donde dejan dormir el ganao, pues cuenta cosas: que se le aparecen calaveras, que ve pasar sombras. En fin, que tenían un miedo que nadie quería pasar por allí.

Un día llegó al pueblo una señora muy elegante. Tenía el porte de princesa y preguntó que si habría alguna nodriza en el pueblo para criar un niño recién nacido. Le dijeron que sí, que había una mujer que quería criar. Entonces la señora dijo que ella misma la llevaría el niño. Se marchó la señora y al poco tiempo volvió con un niño en brazos; se lo entregó a la nodriza y se marchó.

Se pasó más de un año, y nunca volvieron a ver a la señora del niño. No sabían si era su madre o quién era aquella mujer. Después del año, se presentó un día la señora en el pueblecillo y fue a la casa donde criaban al niño. Dijo a la nodriza que iría con ella para pagarle las crianzas. La mujer marchó con ella, y llegaron a las cuevas. Entonces la nodriza cogió un miedo horroroso y se negó a entrar dentro. La señora, pues, tuvo que entrar sola. Al poco tiempo salió la señora con un taleguito y le dijo a la nodriza:

–Ponga usted el mandil y mire usted para otro sitio. No quiero que vea lo que la doy.

La desocupó el talego en el mandil y la dijo:

–No mire ustez para lo que lleva hasta que no entre ustez en el pueblo.

La mujer marchó preocupada. ¿Qué sería lo que la había dao? Y antes de llegar al pueblo abrió el delantal y miró lo que llevaba. Y resulta que eran carbones. Entonces la mujer, desesperada, dice:

–¡Vaya una cosa que ha dao! ¡Carbones!

Y les tiró al suelo; pero entre las tablas del delantal se le habían quedao escondidos tres carbones. Y nada más entrar en el pueblo fue a sacudir el delantal para que caesen, y se encontró que eran tres onzas de oro. Entonces la mujer volvió corriendo donde había tirao el carbón; pero se encontró con que ya lo habían atropao. No encontró ni un carbón en el suelo.Y colorín colorao, que este cuento se ha acabao.

(recogido por Aurelio M. Espinosa hijo en mayo de 1936 y publicado en su obra Cuentos populares de Castilla y León, 2 vols., Madrid, CSIC, 1987-1988, nº 118. Reimpreso, con comentarios, en el libro de José Manuel de Prada Samper El pájaro que canta el bien y el mal: La vida y los cuentos tradicionales de Azcaria Prieto (1883-1970), Madrid: Lengua de Trapo, 2004, págs. 265-266)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Al final los cuentos son la vida misma o...¿ la vida misma es un cuento? y siempre demasiados escepticos...
ENHORABUENA POR VUESTRA PAGINA LITERARIA
Pilar

Anónimo dijo...

Hola Pilar!

Hay cuentos bonitos y cuentos más tristes en los que vivir, pero en el que estamos tú y yo ahora es de los bonitos.
Muchas gracias, mi querida Pilar. Visítanos a menudo que nos hace ilusión.

Besos
Helena

Anónimo dijo...

Helena, Enhorabuena por el blog, estoy encantada poder pasar un buen rato leyendolo y me encanta que Jose Manuel se haya incorporado a tu vida y a tu blog.
Un abrazo,
Cristina