miércoles, 26 de junio de 2013

10 AÑOS DE POESÍA VISUAL

Mi amigo, el poeta Agustín Calvo Galán celebra 10 años de su primera exposición de poesía visual con una muestra de su trayectoria. 

La clausura de la exposición que todavía se puede ver estos días en el Centro Cívico de Drassanes será el 29 de junio a las 18.30 h.




Me gustaría estar allí, pero no podré por un buen motivo, estaré entre Salamanca y Valladolid. Me han invitado a participar en el festival de narración oral que se celebra en la Casa de las Conchas. A mí vuelta os haré un resumen de todas estas contadas.

De momento os dejo un texto que he escrito con motivo de la exposición de Agustín con el que me siento tan afortunada de haber colaborado y de seguir colaborando, pero lo mejor es que los que viváis en Barcelona vayáis a ver la exposición.

Per molts anys, Agustín!



Un recorrido más allá de la palabra

Cuando nos paramos en un momento del camino para mirar atrás, a veces somos conscientes del largo camino recorrido, pero, al mismo tiempo, nos puede parecer que lo mejor está aún por llegar.

Los primeros poemas visuales de Agustín Calvo Galán juegan con el signo y el fonema, con la tipografía de las letras, para crear iconos o imágenes estimulantes en torno a ese gran juego que es el lenguaje. De esa primera época son la e pescada, laG (que contiene: agggggua), o la acomo una ventana abierta al universo.

En esos años, finales de los 90 principios del s. XXI, el collage era  la técnica dominante: papel impreso, notaciones musicales, llaves, cerraduras oxidadas.  El lenguaje, como ordenación de las letras o de las notas musicales, frente al caos, que siempre está presente en la obra del poeta; y el misterio de la cerradura, el candado o la llave, que nos abre, o nos cierra, el acceso a un mundo inmenso que apenas podemos entrever.
Poco a poco se va introduciendo la imagen digital y el tratamiento del color y de la imagen a través del ordenador.

Como el mismo poeta ha dicho en alguna ocasión: “La informática e Internet llegaron para cambiarlo casi todo, no sólo las formas sino también la plasmación de las creaciones, así como la difusión y la democratización de la información” [1]

De principios de los 2000 en adelante, se abre un encuentro entre la imagen captada por la cámara fotográfica y alterada a través del ordenador con  la palabra escrita, que desembocará en el Proyecto Desvelos iniciado en el 2006. ¿Quién desvela a quién o a qué? Las imágenes aparecen multiplicadas; ahora nítidas, ahora desvaídas, casi a punto de desaparecer, mientras que, al mismo tiempo, una palabra o una frase se revela, contrasta contra el fondo de la imagen o se funde en él.

En esta investigación que usa la imagen digital como soporte expresivo sobre el que el lenguaje es un componente más del resultado final, sigue apareciendo un elemento fundamental, que siempre ha estado presente en la obra de Agustín: la naturaleza.
El paisaje y los elementos que lo configuran en pequeña y en gran escala: un árbol (las ramas, el tronco, las hojas que lo conforman),  una espiga, el cielo, la montaña, la tierra…

Como en el zen la poesía es atención. Y es a través de la atención que se produce el despertar.  Un chispazo de iluminación que va más allá de las palabras, que son limitadas, para una poesía que no pretende decir sino desvelar [2].

Otro de los leif motiv que apenas apuntábamos al principio de esta reseña es el caos: las letras y los números que se amontonan. La contraposición de las letras encuadradas en bonitos moldes contra una maraña de alambres.

En los poemas visuales más recientes encontramos paulatinamente una vuelta a los inicios, a ese interés original por la forma de las letras y de los números que, en esta ocasión, se sobreponen a un magma de color, se multiplican y confunden en un mar de pompas etéreo y frágil. ¿Dónde está el poeta? No puede estar sino detrás de ellas, de los signos, de esas palabras que se diluyen arrastrando con ellas a quién las ha creado.

El camino puede parecer circular, pero  es un círculo que no se cierra. Lo que está por venir aún no se nos ha desvelado, habrá que esperar…

Helena Cuesta.
En ocasión del décimo aniversario
de la primera exposición  de
Poesía Visual de Agustín Calvo Galán.

[1] Agustín Calvo Galán. Visual Libros. Francisco Peralto & Corona del Sur. Málaga 2012
[2]  Desvelar: Descubrir, poner de manifiesto // Quitar, impedir el sueño, no dejar dormir // Dicho de una persona: Poner gran cuidado y atención en lo que tiene a su cargo o desea hacer o conseguir. (Según RAE) Un trayecto poético y visual de Agustín Calvo Galán.
http://proyectodesvelos.blogspot.com.es/

domingo, 9 de junio de 2013

La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey

Estos días estamos viajando mucho y por un buen motivo: contar historias. Entre viaje y viaje apenas tengo tiempo para asentar las impresiones entre una contada y otra, así que a menudo busco un poco de reposo en la lectura. Ahora tengo en mis manos La sociedad literaria y el pastel de piel de patata de Guernsey de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, traducción de Sandra Campos. Editado por RBA.


Es un libro en formato epistolar que se lee casi de una sentada. Los personajes son tan atractivos que deseas conocerles, en cierto modo les conoces ya a través de sus palabras. 

La acción sucede en Londres y la isla de Guernsey, en el Canal de la Mancha, recién finalizada de la segunda Guerra Mundial.

Es la historia de una escritora que hace un recorrido de presentación de su novela y también del intercambio de cartas con algunos de los habitantes de Guernsey a quienes, del modo más insospechado, la lectura les ayudó a sobrellevar su etapa más oscura: la invasión alemana, el hambre y las penurias consiguientes. Un libro de pequeñas historias y de libros, libros, libros. 

¿Cómo pueden las palabras ayudarnos a vivir? Bueno, no tengo una única respuesta, pero se me ocurre que a veces el ponerle un nombre a las cosas ayuda; escapar de la realidad alivia y la forma en la que expresamos nuestro pensamiento puede ser tan hermosa que enaltece lo que nos pasa, como si fuera algo mágico, transcendiendo nuestra pobre experiencia individual en otra superior, más grande, porque es colectiva.

Lo mejor es que para disfrutar del arte en general no hay que ser ningún intelectual, está al alcance de todos, lo único que hace falta es sensibilidad. 

Me gusta mucho el personaje del señor Eben Ramsey, un pescador que un día se encuentra con la obra de Shakespeare:
¿Sabe cuál es el verso que admiro más de él? Éste: "El luminoso día ha terminado y estamos destinados a la oscuridad". ¡Ojalá hubiera sabido estas palabras el día en que vi llegar las tropas alemanas, avión tras avión, llenos de soldados, y los barcos desplegándose abajo en el puerto! Lo único que pude pensar fue "malditos sean, malditos sean", una y otra vez. Si hubiera podido pensar en el verso: "El luminoso día ha terminado y estamos destinados a la oscuridad", habría encontrado consuelo de alguna manera y habría estado preparado para ir y enfrentarme a las circunstancias, en lugar de caérseme el alma a los pies.