domingo, 5 de febrero de 2017

El Pabellón de las Peonías

Termino de leer una preciosa obra maestra china El Pabellón de las Peonías o Historia del Alma que regresó de Tang Xianzu. Se trata de un clásico del teatro de ese país. La pieza está escrita en el s. XVI, misma época que Shakespeare y Cervantes. 

La editorial Trotta ofrece una cuidada edición y traducción a cargo de Alicia Relinque Eleta, y tanto las notas como la pequeña introducción hacen disfrutar aún más de esta hermosa pieza. 




Puedo decir que El Pabellón de las Peonías lo tiene absolutamente todo para hacerle a una disfrutar como una loca, que es lo que yo he hecho. 

La obra nos cuenta la historia de Du Linian, una chica de familia bien que se enamora en sueños enfermando hasta morir. Pero... si el amor mata, el amor también nos da la vida. Así pues,  gracias precisamente a la fuerza de esa pasión, Du Linian regresará a este mundo terrenal. ¿Cómo reaccionarán los demás ante ese suceso que, nunca mejor dicho, conmueve cielo y tierra? 
Todo ello acontecerá además en un ambiente bélico, puesto que una revuelta hace temblar la estabilidad del Imperio y de la dinastía Song, lo que pondrá a prueba la astucia del padre de la joven.

El ambiente latente de la obra es ciertamente muy diferente al actual, un mundo donde la poesía y el arte eran imprescindibles para llegar a ostentar un alto cargo en el complejo entramado funcionarial chino; donde la magia y los ritos tradicionales tenían un valor enorme en la sociedad; sin embargo, la intensidad y la belleza de los versos, la delicadeza de toda la historia es conmovedora y llena de gracia porque a todo esto el humor es un continuo que traspasa toda la pieza. Supongo que no hay pasión sin ingenio y hay escenas tan divertidas que te ríes a mandíbula batiente.

Os dejaré una pequeña escena para que podáis comprobar la facilidad de lectura, la ironía y lo fácil que es dejarse seducir por la magia de la obra, cuando además está bien traducida y comentada. 

En esta escena estamos en el mundo ultraterrenal y allí hay un juicio de almas donde van a ser condenadas según el pecado o los pecados que hayan cometido en vida. Pero da la casualidad que es el primer "día" en el cargo del juez.



JUEZ HU: Que traigan primero a los cuatro acusados varones
SECRETARIO  [lleva a los cuatro acusados varones]:
Aquí están los acusados varones.
JUEZ HU  [comprueba sus nombres]:
Zhao el mayor, ¿por qué ofensa te han arrojado a la ciudad de los muertos inopinadamente? 
ZHAO: Esta alma acusada no ha cometido delito alguno. En vida me gustaba cantar. 
JUEZ HU: Apártate entonces. Que traigan a Qian el decimoquinto.
QIAN: Esta alma acusada no ha cometido delito. Solo me hice una diminuta barraca, y mezclé perfume de aloe entre los muros de adobe.
JUEZ HU: Apártate entonces. Que traigan a Sun Xin.
SUN: Esta alma acusada siendo joven solía gastar algo de dinero en muchachitas livianas.
JUEZ HU: Que traigan a Li el Macaco.
LI: Esta alma acusada cometió un pequeño delito. Me gustaban los varones.
SECRETARIO: Eso es cierto. Incluso aquí, en el infierno, ha seducido al joven Sun.
JUEZ HU  [molesto]:
¿Quién te ha pedido que te metas? Aparta, espera ahí. [Escribe en el registro] Que los acusados escuchen los veredictos [Los cuatro acusados se arrodillan juntos]  Como acabo de tomar posesión, no os voy a imponer un castigo. Os perdono y volveréis a la vida gestados en huevos.
LI: Estas pobres almas quisieran preguntarle a Su Bondadosa Señoría, ¿en qué huevos será? Porque si se trata de huevos musulmanes, naceríamos en territorios muy remotos.  
JUEZ HU: ¡Ja! ¿Acaso crees que tendrás cuerpo humano? Naceréis en el interior de un huevo con cáscara.
ZHAO, QIAN, SUN, LI   [llorando]:
¡Ay! Entonces los hombres nos sacrificarán.
JUEZ HU: Vale, haré que no seáis del tipo de criaturas de las que se alimentan los humanos. A Zhao el mayor le gusta cantar, pues que sea una oropéndola.
 ZHAO: ¡Qué bien! Seré la dama Oropéndola.
JUEZ HU: Qian el decimoquinto vivía en una barraca perfumada con aloe. Vale, te envío a que disfrutes en un nido de barro, serás una pequeña golondrina.
QIAN: ¡Qué maravilla! Seré entonces la consorte imperial Golondrina Voladora.
JUEZ HU: Sun Xin gastaba su dinero en muchachitas livianas, así que será una mariposa.
LI: Este alma también quiere ser una mariposa e ir con Sun Xin.
JUEZ HU: Tú eres Li el Macaco y te gustan los varones. Haré que seas una abeja, en el agujero de tu culo tendrás un aguijón.  
LI: ¡Ay! ¡A quién voy a poder picar? 
JUEZ HU: Vosotros cuatro bichos, escuchad mis órdenes. 
 Mariposa, el atavío de tus alas floridas y empolvadas supera cualquier vestido.
Abeja, posees una gran agudeza, boca de azúcar y un aguijón vivo.
Golondrina, al hacer tu nido perfumado, tu sombra se refleja en los visillos.
Oropéndola, tras las cortinas de gasa los sueños embelesa la dulzura de tu trino.
¡Perfecto! 
Cuatro amigas de las flores, volad a discreción.
Más me temo que en el mundo del sol 
los muchachos y muchachas descuidados podrán 
lanzarte balines para dañarte, 
usar abanicos para golpearte. 
Y no en vano 
tú aparecerás en pinturas que a los hombres deleiten, 
y el zumbido de tus alas 
hará que el alborozo primaveral en todos despierte.  
LI: Pues cuando sea una abeja, regresaré a picarle su cabeza de magistrado.
JUEZ HU: Estás pidiendo una paliza.
LI: Apiádese de esta pobre vida miserable.
JUEZ HU: ¡Ya basta! Largaos todos con buen viento. ¡Largaos, rápido! 
 [El juez resopla. Los cuatro salen imitando sus respectivos vuelos]